Comunicado oficial

A la virgen de las candelas. 

Peregrinar hacia el cerro de la popa y ver la caña de azúcar era por estos días tradición. Las fiestas de la candelaria han sido  por generaciones la excusa anual para ascender hacia el monasterio y combinar nuestra caminata con los tradicionales fritos costeños. 

Este año no será así y desde el año pasado ya se venia fabricando la idea de mover el festival de los fritos o por lo menos aterrizar su dinámica. No es un secreto que el festival se convirtió en una gran caseta donde la tradición paso a segundo plano y es justamente ahí donde dejo descansar mi reflexión: volver a la tradición, dejar de hacer arepas de huevo con moldes y dejar de “innovar” a partir de la combinación inexacta de sabores, ahora vemos arepas rellenas de huevo, queso y calamar, y lo siento, pero a mi juicio, incoherencias que distan de lo tradicional y lo potencialmente innovador desde la tradición. 

Históricamente la peregrinación que retornaba a nuestra virgen pagana a la plaza de la Ermita (pie de la popa) se acompañaba del sonido del fandango, los burritos llevando niños por monedas de a peso y los fritos en cada esquina para dar fuerza al bailador y al peregrino. Esto se perdió. 

Las matronas, personajes importantes para nuestras comunidades y para la transmisión de saberes ancestrales han sido las hacedoras de estas festividades. En torno a sus sabores se gestaron las fiestas a la Virgen de las candelas. Hoy nuestras matronas sufren los embates de una “plandemia” y de la negligencia de la administración distrital para solucionar este y otros temas importantes. 

En el pasado festival del pastel se hizo evidente la falta de gestión y logística por parte del IPCC. Solo se dispuso de un número celular para recibir pedidos y una cuenta en instagram, que si bien, tiene un número considerable de seguidores, no se debe  constituir como la única estrategia de marketing desde lo público. Fueron reiterativas las quejas por demoras en la atención de domicilios y las quejas más importantes han venido de las participantes al no ver representado en ganancias su esfuerzo. 

Como consejera distrital de artes y en aras de mi ejercicio como cocinera, portadora de tradiciones y después de haber participado en versiones anteriores del festival propongo:

  1. Llevar el festival a las localidades, apoyándose en los centros culturales y los escenarios que permitan aglomeraciones con no mas de 100 personas como lo dicta el decreto actual. (Si hay bares abiertos y eventos porque no ha de hacerse el festival?) Debe tenerse en cuenta el apoyo policial y de las juntas de acción comunal, incluso de la secretaria de participación. Esto debe ser un esfuerzo articulado y conjunto. 
  2. Publicar un listado con el nombre, teléfono y ubicación por barrio o localidad de las matronas. La idea desde la “Democratica fritanga”proyecto de RebelChef, es elaborar un “mapa de fritos” caracterizando casa zona e informando a la comunidad donde están localizadas las mesas que tan cerca las tenemos. Una infografía exacta y clara que nos cuente dónde están, que fritos se venden, los precios y los números para acceder a domicilios, tampoco es tan difícil. 
  3. No demeritar la labor de cooperativas nuevas de la ciudad dedicadas a los domicilios bioseguros, entablar una forma de trabajo con ellos donde todos ganemos, y podamos incluso generar empleo y una real reactivación económica.
  4. Apoyar las actividades del festival invitando, por ejemplo, a los centros comerciales  a participar, entendiendo que estos tiene un mejor control del acceso para el público y control de aglomeraciones. El Centro comercial la plazuela el año pasado realizo su propia versión del festival y fue un éxito. 
  5. Apoyar las actividades del festival con una programación académica virtual incluyente. Donde el fandango, la champeta y la historia se conviertan en herramientas lúdicas para educar a nuestra ciudad. 

Concluyo, proponiendo espacios de diálogo que nos acerquen y la promoción de actitudes que derriben los obstáculos para la creación y el ejercicio digno del artista y el gestor cultural, propongo acciones que no son de difícil cumplimiento y para las que solamente hace falta disposición y voluntad para escuchar. Propongo trabajo articulado y en equipo esperando encontrar eco y dignificar este año la lucha de las matronas y portadoras de la tradición cartagenera. 



Diana Carolina Banquez Rodriguez

Cocinera y Artista. 

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